Después de estar 6 años bajo el yugo de los hemanos Daniel y Gerzaín Hernández Casarrubias, llegó su fin.
Con el objetivo de terminar con la narcoviolencia que desató el mandato de Francisco Quiñones en el municipio de Ahuacuotzingo, la ciudadanía le dio el voto a Daniel Hernández Casarrubias.
No es que Daniel hubiera sido la mejor opción, sino que no hubo candidato que elegir.
Daniel no supo aprovechar esta oportunidad, echó a perder su trayectoria política en el municipio y terminó siendo nada. El hecho de haber financiado la campaña política de su hermano Gerzaín, y no acatarse al PRI, lo hundió más de la cuenta.
Cuando Daniel financió la campaña del PAN para que su hermano llegara a la presidencia, terminó con toda su trayectoria política. Lo mismo sucedió con Gerzaín Hernández, quien al financiar la camapaña del PAN, para apoyar a Benedict, lo perdió todo.
Estos hermanos terminaron siendo nada.
El robo desmedido que le hicieron a Ahuacuotzingo, los ha colocado como los políticos más corruptos del municipio.
Lo cierto es que se les acabó su vida política y con ello su minita de oro y ahora tendrán que rendir cuentas.
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